lunes, 14 de febrero de 2011

LA VALL DE BOÍ, ruta del románico

Una muestra del románico de la Vall de Boí lo constituyen un conjunto de iglesias con unas características arquitectónicas parecidas. La palabra "románico" nos habla de su derivación de modelos provenientes del norte de Italia, traídos por caravanas de viajeros comerciantes. Con ellas, venían artistas que iban plasmando lo que sabían hacer. Si bien estas iglesias tienen rasgos comunes, como la utilización de la piedra para su construcción, su campanario-torre y que fueron construidas entre los siglos XI y XII, vemos algunas diferencias entre ellas.
Sant Climent de Taüll tiene una planta de tres naves y una cabecera con tres ábsides. En el central, hay una copia de la pintura mural del Pantocrátor con el Tetramorfo (los cuatro evangelistas) y apóstoles. El original se puede ver en el MNAC de Barcelona. Su torre, a la que se puede subir por una escalera algo empinada, es de planta cuadrada y tiene seis pisos, separados y atravesados por bandas lombardas, que son fajas horizontales o pilastras que sobresalen del muro y están unidas a la parte superior por unas arcadas. Las campanas suenan cada cuarto y a las horas, eso sí, con un artefacto eléctrico añadido recientemente.
Sant Joan de Boí también tiene planta de tres naves con una cabecera triabsidal. Las pinturas murales que quedan son una copia también. El último de los cuatro pisos de su campanario fue añadido muy posteriormente.
Santa Eulàlia d'Erill la Vall tiene una sola nave cubierta por madera y pizarra, y una cabecera triabsidal en forma de trébol. En esta iglesia, y sobre el absis central, hay una copia del grupo escultórico del Descendimineto de la Cruz, del siglo XII, unas tallas de madera de álamo. Los originales se encuentran en el MNAC de Barcelona. Su torre también tiene 6 pisos con las típicas bandas lombardas.
No muy lejos de ellas, se pueden visitar más iglesias de este tipo, como Santa María de Taüll, La Natividad de Durro, Sant Feliu de Barruera, Sant Quirc de Durro o Santa María de Cardet.
Como nota curiosa, hay que mencionar que, a raíz del estudio de monumentos románicos catalanes, en 1907, por el “Institut d'Estudis Catalans”, se recorren y se visitan las iglesias románicas de la Vall de Boí, y se editan publicaciones que salen del país. Con toda esta publicidad, se descubre que, en 1919, se habían vendido  las pinturas murales de Santa María de Mur en el Pallars Jussà y que no había ninguna ley que lo impidiera. Al final de ese año, se organizó una campaña para arrancar, mediante la técnica de strappo, todas estas pinturas románicas del Pirineo y trasladarlas al MNAC para protegerlas. Se hicieron las pertinentes leyes de protección de bienes culturales, aunque con la técnica utilizada se perdieron partes de las pinturas.

sábado, 5 de febrero de 2011

MONASTERIO DE RUEDA DE EBRO en Sástago (Zaragoza)

Es una construcción ideada por un grupo de monjes del Císter venidos de Francia en la segunda mitad del siglo XII. El Císter fue uno de los movimientos religiosos que aparecieron para regenerar la iglesia en contra de las herejías que proliferaban, pero tuvo algo especial: se dedicaban a cultivar la tierra y conciliaban la vida laboral con la religiosa. Además, no olvidemos que es una época de reconquista y hace falta gente que cultive las tierras "de nadie" que abandonaban los árabes. Y los monjes del Císter contribuyeron a repoblarlas, cultivarlas y colonizarlas con mucha gente en torno a su patrimonio. 

A lo largo del siglo XIII, ser van construyendo: la cabecera, los tres primeros tramos de la iglesia y los lados Este y Sur del claustro, en los que están las dependencias cittadas anteriormente. En el siglo XIV, se añaden dos tramos más en las naves de la iglesia, se elevan los muros de la nave central, se completan los cuatro lados del claustro y se añade una torre mudéjar octogonal. Y, en el siglo XVII, se añaden la Puerta Real que da entrada al recinto, el palacio abacial y una galería que lo une con el piso superior del claustro.
La iglesia está formada por una planta rectangular de tres naves, una central y dos laterales con cinco tramos cada una. Tiene la cabecera cuadrada, acabada en tres capillas y no tiene crucero. Alrededor del claustro,  aparecen las construcciones típicas de todos los monasterios cistercienses: el armarium, la sala capitular, el scriptorium, el refertorio y la cocina. En un segundo piso, se sitúa el dormitorio que era comunitario.

El refertorio (comedor) tiene una bonita escalera de subida al púlpito de lectura que, juntamente con la del monasterio de Santa María de Huerta en Soria, son las dos únicas cistercienses que están excavadas en el muro.